Publicado en La Nueva España el 19 de diciembre de 2020
UNA ASTURIANA EN EL REINO UNIDO EN MEDIO DEL BREXIT
He pasado la mañana preparando verduras para congelar: pimientos, cebollas, ajos… todos españoles, por supuesto. Los transportistas vaticinan que al menos los primeros meses del 2.021 serán caóticos y que es fácil que escaseen muchos de los productos frescos que hasta ahora llegaban de Europa. Aunque el Reino Unido salió de la Unión Europea en Enero del 2.020, los efectos de este cambio no se verán hasta Enero del 2021, al finalizar el periodo de transición.
A la población británica no parece preocuparle el Brexit tanto como a mí. Cuando voy al supermercado no veo a nadie salir cargado de aceite de oliva o vino de Rioja como hago yo últimamente. Como dice el refrán: “antes de la tempestad viene la calma” y esa es la sensación que da el país a escasas semanas de abandonar la Unión Europea y sin acuerdo a la vista.
Los que sí que han puesto el grito en el cielo son las organizaciones empresariales; el periódico del que soy suscriptora, The Guardian, recoge hoy en un artículo la preocupación de la Confederación de Industria Británica (CBI). Su Director General, Tony Danker, le pide al Primer Ministro que valore lo que está en juego y encuentre la forma de llegar a un acuerdo. La Presidenta de la Asociación Nacional de Agricultores, Minette Batters, resalta la importancia de llegar a un acuerdo dado que “el 60% de las exportaciones agroalimentarias del país van a la Unión Europea”. Los fabricantes de automóviles británicos avisan de que, de la noche a la mañana, la fabricación de automóviles en este país dejara de ser rentable si no hay acuerdo, y las universidades vaticinan problemas inmediatos y falta de competitividad para el sector en el futuro. Incluso organizaciones empresariales en regiones que en su día votaron a favor del Brexit dicen ahora que su intención nunca fue salir de Europa sin acuerdo, y se quejan de que sus empresas “sólo tengan unos días para prepararse para el mayor cambio de condiciones comerciales en generaciones”.
Mientras los ciudadanos callan y los empresarios se preocupan, el gobierno parece poco menos que emocionado ante la perspectiva de salir de la Unión Europea. El Primer Ministro ha dicho estar seguro de que “el Reino Unido prosperará fuera de la UE” mientras que el Ministro de Asuntos Exteriores explica que “a Europa le preocupa que al Reino Unido le vaya demasiado bien fuera de UE” y la Ministra del Interior dice que se trata de un momento histórico, dado que “finalmente el Reino Unido tiene el poder de controlar su destino.” El tono patriótico y nacionalista del actual gobierno lo ilustra perfectamente el Ministro de Educación, Gavin Williamson quien, ante el anuncio de que las autoridades médicas británicas eran las primeras del mundo en aprobar la vacuna de Pzizer/BioNtech, dijo que esto se debía a que “somos un país mucho mejor que cualquiera de ellos”. El Ministro de Sanidad, Matt Hancock, afirmó que esto había sido posible gracias al Brexit. Dado que la vacuna se fabrica en Bélgica, también es casualidad que se haya aprobado en el ultimo mes de pertenencia a la UE, evitando así posibles problemas de transporte en Enero.
Tengo que confesar que mi postura ante este tema no es objetiva, dado que estoy firmemente a favor de la Unión Europea y de lo que representa. Mis hijas no han experimentado lo que era viajar por Europa cuando cada país tenia una moneda distinta, o cuando España no era miembro de la UE. En los últimos 30 años he cambiado de país de residencia en tres ocasiones y no podría haber sido más fácil. Por eso me sorprende tanto que los británicos afronten este cambio con tanta alegría. Yo, sinceramente, sólo veo problemas en el horizonte. La única explicación factible es que les han engañado y, lamentablemente, cuando se den cuenta será demasiado tarde.
El tema de la pesca es un buen ejemplo: el Primer Ministro ha hecho de la pesca un tema central en las negociaciones con la UE a pesar de que representa solo un 0.1% del PIP. Para mí lo mas curioso
es que, en la actualidad, el Reino Unido exporta el 70% del pescado que captura a la UE – ¿a quien se lo van a vender el año que viene? ¿Ustedes lo entienden?
La campaña del Brexit ha sido un ejemplo de libro de texto de juego sucio, dudosa financiación y mentiras del tamaño de un autobús.
Ahora sólo podemos esperar a ver que pasa. ¡Y seguir congelando verduras españolas!
María Elena Liquete Cotera
Socia de Compromiso Asturias XXI
Head of Proffessional Development, Recruitment & Student experience at Dyson Intitute of Engineering and Technology
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