En estos tiempos difíciles donde nos abruman las cifras, las estadísticas, las noticias pesarosas, tristes, que describen momentos muy complicados, donde no somos capaces de ver la luz al final del túnel y donde la dinámica del incremento de nuevas cifras de infectados y fallecidos no da tregua, tenemos que encontrar formas que nos permitan aportar nuestro granito de arena a los esfuerzos que algunos colectivos están realizando: a nuestros sanitarios, a los trabajadores públicos que siguen prestando sus servicios, a los trabajadores en los centros de alimentación y, en definitiva, a todos aquellos que siguen contribuyendo y exponiéndose a un riesgo alto para que en situaciones tan complejas podamos tener un conjunto de recursos básicos a nuestra disposición.
Desde el gobierno, hasta la fecha las principales medidas adoptadas (fundamentalmente a nivel nacional) responden a dos grandes líneas de actuación:
- Garantizar la liquidez de los ciudadanos y empresas; y
- Articular estímulos para reducir el impacto de la paralización de la actividad económica en la mayoría de los sectores, además de otras medidas para el adecuado discurrir de la administración del Estado.
Esta reflexión, centrada en Asturias, está más orientada hacia los vectores que nos deben de guiar de aquí en adelante, los ejes de actuación y comportamiento que deben tener un calado distinto, más profundo, y permanente. Ese es el propósito de esta tribuna. Compartir unas ideas que se sintetizan en tres grandes ámbitos:
En primer término, es preciso destacar que el desafío al que nos enfrentamos necesita del liderazgo del más alto nivel tanto a nivel público como privado. La complejidad, el total desconocimiento o experiencias pasadas en las que nos podamos apoyar y por supuesto la transversalidad de esta situación que impacta a todos los habitantes de nuestra región, y la necesaria integración de competencias, estilos, maneras de hacer y de no hacer, todas ellas profundamente diversas, requiere no sólo del apoyo de determinados órganos públicos y privados sino de todos y cada uno de los estamentos claves de nuestra sociedad.
- Demanda el liderazgo, implicación e impulso de toda la sociedad, a todos los niveles.
- Demanda la creación de una nueva cultura donde dejemos atrás el pasado y nos apoyemos en la solidaridad, la agilidad en el desarrollo de nuevas ideas, de aceptación del error para volver a intentarlo, y de la frescura de nuevas experiencias (autóctonas o importadas, pero que funcionen).
- Demanda un nuevo modelo de comunicación, más claro y consistente y que permita un apoyo claro entre los distintos agentes públicos y privados por el bien de nuestro futuro.
- Y, en suma, demanda altura de miras de todos los grupos políticos y de los empresarios para arrimar el hombro, ser flexibles y hacer propuestas constructivas.
En segundo lugar, nos permitimos tomar prestadas unas palabras escritas por el emperador romano Marco Aurelio apodado “el Sabio”, también filósofo, que allá en el siglo II, en el Libro II de sus Meditaciones exhorta “cuida a todas horas de obrar valerosamente, como corresponde a un romano y a un hombre de gran vigor ejecutando aquello que tuvieres entre manos, con una gravedad perfecta y natural, con mucha humanidad, con franqueza, con entereza y justicia, poniendo en calma tu corazón, desembarazado de cualquier otro cuidado y pensamiento. Y podrás ciertamente ponerlo en calma, si hicieras cada acción en particular, como si ella fuera la última de tu vida, libre de toda temeridad, libre de todo afecto contrario a los dictámenes de la razón, libre de ficción de amor propio, y de displicencia en las disposiciones del hado.”
Así, es preciso que ante esta nueva situación nos convenzamos de que la inteligencia, nuestra capacidad de análisis o de procesamiento de datos no son suficientes para afrontar este reto al que nos enfrentamos. Necesitamos que nuestra capacidad de adaptación al cambio, así como nuestra actitud y la pasión que le pongamos a este nuevo reto que nos enfrenta sean los motores de nuestra nueva forma de relacionarnos. Me permito incluir la apertura de nuestra página Web (https://www.compromisoasturiasxxi.es/) desde Compromiso Asturias XXI con el siguiente texto: “Asturias con futuro: una Asturias para quedarse, una Asturias para volver”. Es el momento de aprovechar que esta oportunidad que se nos brinda de evolucionar pase a formar parte de nuestro ADN como sociedad.
Por último, en tercer lugar, nos gustaría concluir haciendo tres llamamientos:
Por un lado, al mundo empresarial, por un aspecto que hoy en día consideramos crítico. Llevamos hablando de los riesgos de la transformación digital desde hace unos cuantos años, de la existencia de nuevos modelos de negocio, de nuevas formas de relación laboral o empresarial y mirábamos con preocupación cómo eso iba a afectar a nuestro tejido laboral y empresarial a una región como Asturias dependiente de unos factores de producción muy determinados y que podían estar en riesgo. Pero en estos momentos debemos ver esta situación como una nueva oportunidad, de impulsar un cambio en la cultura de nuestras organizaciones, de las formas de trabajar (por ejemplo, con la puesta en marcha de un teletrabajo eficiente), de estructuras organizativas más horizontales, de rediseño de procesos de negocio y las cadenas de suministro en las que nuestro tejido productivo tenga mucho que aportar, de las inversiones en el desarrollo de los equipos físicos y humanos, de la propia forma en que este necesario cambio se comunica a los empleados, y a la sociedad. Es definitiva, nos lleva a una transformación de la visión y la misión del mundo empresarial asturiano y del papel que frente a la sociedad tienen que tener en la generación de valor a largo plazo. Ningún proyecto empresarial sin un propósito social claro será sostenible a futuro.
Por otro lado, a las autoridades, para que ante este reto pongan de su parte todos los medios que tienen a su disposición para favorecer y dinamizar la creación de empleo, la flexibilización del acceso a las ayudas para los colectivos que más están sufriendo ahora mismo o que más expuestos se pueden encontrar en el corto plazo. Pero este llamamiento tiene que venir acompañado de una clara visión de largo plazo, para que las decisiones que se adopten no sean exclusivamente cortoplacistas, es preciso abordar reformas estructurales, aprender de las mejores prácticas que otras regiones han puesto en marcha y ser un vehículo ágil de reconstrucción social. Desde Compromiso Asturias XXI, nos permitimos hacer una propuesta en la que los ejes principales de análisis son los que enunciamos a continuación:
- Competitividad y Fiscalidad;
- Educación;
- Emigración, entendido principalmente como el retorno del talento;
- El apoyo a las empresas poniendo el foco en determinados sectores, como por ejemplo los sectores de Energía y Tecnología; y
- Sostenibilidad tanto desde una perspectiva de medioambiente como de sociedad.
Y, por último, un llamamiento a la sociedad, para cuando esto pase, porque pasará, no nos olvidemos de volver a disfrutar de la vida, a encontrar el valor en lo cotidiano, y cuanto antes lo hagamos mejor será para todos. Aquellos que tengan esta posibilidad (por desgracia no seremos todos) deberán seguir los consejos de Keynes en la Gran Depresión y del presidente Bush hijo ante el atentado de las torres gemelas en Nueva York para que apoyen el consumo regional todo lo posible, con lo que se permita dar un impulso a nuestra economía. Esa recuperación en “V” que todos deseamos ver. Tras momentos tan duros una tendencia natural es la de fomentar el ahorro, intentar ser más precavidos si cabe para situaciones futuras que puedan no ser positivas, pero ese tipo de decisiones no nos permitirán recuperar el empleo ni retomar nuestro día a día como sociedad a la velocidad que nos gustaría. Tenemos que pensar en nuestros comercios (desde quien tiene una pequeña tienda de barrio, a quien tiene varios locales comerciales en el Principado), en nuestras industrias, en nuestros hoteles, entre otros, en todos aquellos que ahora no pueden ejercer su actividad y que requieren del apoyo de todos los asturianos para volver cuanto antes a la normalidad.
Y, para concluir, un mensaje claro: no podemos ponernos de lado, llega el momento de aportar, es lógico que no todos podemos aportar lo mismo, pero si todos aportamos cada uno en su justa medida será mucho más rápido y más fácil para todos. Desde Compromiso Asturias XXI, en colaboración con todos aquellos agentes públicos y privados que se quieran sumar a esta iniciativa, queremos impulsar este debate, ayudar y apoyar a nuestros dirigentes y a nuestros empresarios a encontrar ese camino que nos permita construir una sociedad más fuerte, más cohesionada, más solidaria y más transformada, preparada para este nuevo reto al que nos enfrentamos.
Junta Directiva
Compromiso Asturias XXI
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