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Entrevista | «Asturias tiene que convertirse en una región atractiva para el talento joven, tenemos mucho potencial para eso por su calidad de vida y sus servicios», Roberto Díaz Estrada

«Hay que mirar mucho al exterior, a los sectores de vanguardia, porque en el exterior pasan muchas cosas: mirar al exterior de España y al exterior de Europa», indica el ingeniero sierense en Madrid Roberto Díaz Estrada

Roberto Díaz Estrada, sierense de Valdesoto de 54 años, estudió ingeniería industrial en el campus de Gijón. Lleva más de 25 años trabajando en consultoría de las tecnologías de la información. Actualmente trabaja en Madrid, en la ingeniería Ayesa, donde es director sector de tecnología en España. Es integrante de la asociación Compromiso Asturias XXI, donde coordina el grupo de reflexión y pensamiento (think tank) creado para analizar la revolución tecnológica que estamos viviendo.

 

-¿Cómo surgió el think tank de tecnología que usted encabeza en Compromiso Asturias XXI?

La idea que surgió del actual presidente de Compromiso XXI, Eduardo Sánchez Morrondo, hace ya unos cuatro años. Eduardo veía que había un montón de colaboradores de la asociación que estaban fuera de Asturias, entre los cuales me encuentro, y él quería aprovechar ese conocimiento de quienes llevamos muchos años fuera trabajando en posiciones directivas de empresas más o menos relevantes. Yo previamente había colaborado en el programa de mentoring de la asociación.

-¿Por qué se unió al proyecto de Compromiso Asturias XXI?

A mí me gusta mucho ir a Asturias, tengo la familia allí, tengo amigos allí, tengo una segunda residencia también en el Gijón, y necesitaba un poco más de compromiso, necesitaba algo más. Entonces leí en La Nueva España sobre Compromiso Asturias XXI y me sentí identificado. con lo cual dije: “Este es mi sitio”. Me uní primero a Compromiso para el programa de mentoring y luego cuando surgió la idea de los think tank claramente me vi identificado en el de tecnología. Hemos conformado un grupo de gente muy valiosa y con muchas ganas de colaborar y de aportar de forma muy desinteresada. Ese es el motor que nos mueve.

-¿Qué les une?

-Somos gente que pensamos que la tecnología es la solución a los problemas de las personas y el motor de cambio, progreso y desarrollo. Cada uno en su medida aportamos su grano de arena con ese conocimiento, con esa experiencia. Ponemos sobre la mesa debates, conocimiento, iniciativas…

-¿Sobre qué aspectos reflexionan?

-Hemos hecho distintas actividades, tanto internas como externas sobre la transformación digital, el mundo de los datos y la inteligencia artificial, la ciberseguridad, el desarrollo del talento digital. Temas de base tecnológica con aplicación a múltiples sectores. Mi especialización es en energía, pero hay especialistas en el mundo de la automoción, de la industria o de la administración pública. Ponemos sobre la mesa tendencias que vemos desde fuera, desde nuestros ámbitos de trabajo. Lo ponemos en común a veces con asturianos y hacia los asturianos. Siempre es positiva esa visión desde afuera del mundo tecnológico, que va muy rápido. y yo creo que no siempre llega a la velocidad del conocimiento, no siempre llega a Asturias, o eso percibimos, a la velocidad que nos gustaría. Por ejemplo, durante COVID pusimos sobre la mesa todo el tema de teletrabajo y la necesidad de romper barreras en el teletrabajo, que entonces era la única forma de no pararse. Después de eso nos hemos enfocado más en la estrategia digital de España, de la Unión Europea.

-¿La tecnología digital es la mejor manera de romper el aislamiento geográfico de Asturias?

-En primer lugar, si me permite, le desmiento un poco el mito. Hablar del aislamiento tenía sentido cuando hace muchos años, hace 50 años o hace 100 años. No se puede decir que haya un aislamiento. Hoy día ya tenemos gente que trabaja desde husos horarios del mundo para los proyectos en los que, por ejemplo, tengo yo. Trabajan desde Colombia, desde Argentina, desde Sevilla, desde cualquier lugar del mundo. Entonces, rompo un poco el mito del aislamiento. Es un aislamiento creo que tiene que ver más con ciertos complejos y a veces demasiado mirarse el ombligo. Es verdad que el origen de eso puede ser el aislamiento geográfico, pero hay que romper esa cultura que dice: “Lo nuestro es lo mejor, lo de afuera no quiero ni verlo”. Hay que mirar mucho al exterior, porque en el exterior pasan muchas cosas. ya no digo mirar resto de España, mirar al exterior de España y al exterior de Europa. Pasan muchas cosas en Asia, en América. Hay que estar con la mirada puesta sobre todo en los sectores de vanguardia, como es la tecnología. Hay que estar siempre mirando hacia afuera.

-¿Y qué potencial tiene Asturias en este nuevo mundo que está digitalizándose?

 -Aquí quiero lanzar aquí un pensamiento positivo. Estoy muy convencido que Asturias tiene mucho potencial, tiene mucha capacidad. Es una región con una gran cultura industrial, de más de 100 años. Esa potencial de conocimiento, de tecnología, existe. El potencial está ahí y se está aprovechando, pero tenemos que tratar de que todavía se aproveche más, abriéndose un poco más al exterior, abriendo también hacia el talento exterior. No solo a los asturianos que estamos fuera. Asturias tienen que convertirse en una región un poco más atractiva, más «amigable», que decimos, para el talento digital, para el talento joven. Creo que eso contribuiría también a solucionar uno de los problemas que tiene la región, que es la baja natalidad y la demografía.

-¿Cuánto nos puede ayudar el teletrabajo a atraer talento joven?

-Totalmente. Lógicamente en el confinamiento no había otra forma de trabajar en muchos aspectos y el teletrabajo fue una ayuda imprescindible para que muchos procesos y negocios no se pararan. Ahora se ha producido un movimiento un poco pendular, porque la conexión personal sigue siendo necesaria. Determinadas situaciones, problemas, conflictos, no se van a resolver igual a través de una pantalla que en persona, dándose la mano. Pero el teletrabajo ha venido y se va a quedar en una parte, en una proporción, dependiendo de la función, dependiendo de la profesión. ¿Puede aprovechar Asturias eso? Totalmente. Asturias es una región con un atractivo enorme, un atractivo turístico, natural, gastronómico, unos servicios de salud y de educación muy buenos, con lo cual puede atraer y puede atraer a las zonas rurales. Ahí ya entran aspectos técnicos.

-¿Por ejemplo?

-Falta conectividad. Yo soy de Valdesoto. Evidentemente la fibra óptica no está igual de desarrollada en Valdesoto que en Gijón. Entonces falta conectividad, hacen falta algunos medios técnicos, unas infraestructuras técnicas que en el mundo rural no siempre hay. En las ciudades absolutamente, sin duda. En Oviedo, Gijón, Avilés…

-Talento joven ¿Cómo atraerlo a una región con los índices de paro juvenil más altos del país?

-Bueno, sabes que, digamos, que el talento y las oportunidades tienen que ‘matchear’, sincronizarse. Habría que profundizar un poco más en eso. Por ejemplo, hay una escasez enorme de ingenieros y a lo mejor no salen tantos ingenieros en Asturias como nos gustaría que saliesen. Salen otras profesiones, pero a lo mejor en esas profesiones no hay tanta demanda de empleo. Sí creo que Asturias es atractiva para el talento joven y que tenemos que ponernos ese reto de atraerlo. Atraerlo y no sólo retener que, por supuesto, sería también la primera medida. Hay que atraer personas de otras culturas, de otros países, que vean en Asturias un sitio agradable para vivir y trabajar y desarrollar una familia. Estamos viendo gente que se va a multitud de sitios paradisiacos y está trabajando y está pagando impuestos en esos países. El reto que necesitamos es que lo hagan en España y en Asturias.

-Es decir, la baza que tenemos quizás es nuestra calidad de vida: ¿un paraíso laboral además de natural?

 Sí, calidad de vida. Como digo: naturaleza, gastronomía, los servicios, un alto nivel de sanidad, educación y culturalmente también. Y somos gente amable, agradable, cogedores y amigables. La barrera que hay que romper es abrirse un poco abrir un poco más, abrirse un poco más al exterior.

-O sea que sigue habiendo una cordillera mental, ¿no?

Mire, me gusta esta frase. Se la voy a copiar. Sigue habiendo una cordillera mental. Sí, efectivamente. La cordillera cantábrica, sigue existiendo o no ha desaparecido, pero ya las comunicaciones, si son físicas, la movilidad, ya se hacen un tiempo razonable y ahora con el AVE mucho más. Incluso ahora no hace falta viajar incluso para hacer las cosas. Pero sí, esa cordillera mental todavía existe a veces.

-Cuánto le preocupan a usted personalmente los efectos nocivos de la revolución digital.

La inteligencia artificial puede llegar a ser un problema si, efectivamente, si no se toman medidas. Todavía creo que todavía no lo es, pero la inteligencia artificial descontrolada y mal usada, puede ser un problema muy gordo. Creo que aquí todavía estamos a tiempo ahí. La Unión Europea está lanzando directivas para que los Estados regulen un buen uso de los datos y se fomente su uso para generar servicios, negocio, conocimiento para los ciudadanos. A veces tenemos la sensación de que la UE es lenta, pero está dando pasos acertados. Y lo que ocurre es que todo esto luego tarda años en llegar a los países y de los países a las comunidades autónomas. Tenemos que hacer algo por acelerar ese traspaso de conocimiento. Y las redes sociales tienen cosas muy buenas en el sentido de que ha globalizado el contacto, la interacción con las personas. Los avances han sido muy positivos, pero es verdad que en algunos casos han traído nuevos problemas que todavía no se están atajando. Problemas salud mental, problemas con los adolescentes, problemas de acoso… Están haciendo un tremendo daño, en mi opinión personal, a los chavales más jóvenes en muchos aspectos. No es un problema futuro, es un problema ya.

Roberto Díaz Estrada

Socio Colaborador y Coordinador del TT Tecnología de CAXXI

La Nueva España