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Entrevista a Carlos Ranera: «La modificación de la tecnología va más rápido que la propia ley y cuando se ponen todos de acuerdo las aplicaciones ya han cambiado»

Compartimos entrevista a nuestro vicepresidente y secretario Carlos Ranera realizada por Conecta Industria, Asociado Corporativo de Compromiso Asturias.

Charlamos con el socio director de la zona norte de OntierCarlos Ranera, sobre de qué modo un despacho de abogados elige la innovación para estar a la vanguardia, de Inteligencia Artificial, de talento y de futuro entre otros temas. La entidad cumple 25 años en Asturias; está presente en 14 países y en los últimos dos años ha crecido un 50% en facturación. ¿Cómo? Ranera nos cuenta cuáles son las claves de su crecimiento así como los retos a los que se enfrentarán próximamente.

Inauguráis una nueva fase con la renovación de la marca, ¿va a suponer cambios?

El despacho nació en 1999 en Asturias, con lo cual lleva 25 años. Desde su nacimiento ha ido cambiando de marca. Empezó como Gutiérrez de la Roza Abogados, después hubo una fusión en Madrid con Ramón Hermosilla y luego se despersonalizó. Ahí fue cuando nació Ontier. Se pretendía buscar un nombre que sonase bien, internacional, porque tenemos presencia en 14 países.

Lo que quiere el despacho es gestionarse, ya no es solo tener los mejores abogados, sino tener una estructura, una política, una estrategia de acercamiento a los clientes como una empresa de servicios jurídicos.

Entonces lo que se propuso el despacho fue, primero, irse a Madrid. Acto seguido pasó por un plan de crecimiento internacional y saltó el charco: abrió en México, en Estados UnidosChilePerú… Y ahora, además, tenemos una presencia muy importante en Reino Unido y en Italia.

Vuestro crecimiento ha sido significativo en el último año, ¿por qué creéis que ha sido?

Ontier se va de Asturias porque el despacho quiere acompañar a sus clientes. ¿Qué hacen los asturianos cuando quieren crecer? Se van a Madrid. Luego, para dar el salto internacional suele ser a Latinoamérica. El hecho de ir de la mano de ellos y viceversa facilita mucho.

Que te bajes de un aeropuerto y esté tu abogado esperando para acompañarte quita muchos miedos. Ese ha sido el principio de Ontier para conseguir el crecimiento y así nos está yendo bastante bien.

En todo este tiempo, ¿cómo ha cambiado el mundo del Derecho?

Yo más que el mundo del Derecho, que es bastante estable, diría que el mundo de los despachos de abogados es el que está cambiando. Los despachos se nutrían de grandísimos profesionales con mucho conocimiento que ganaban prestigio, hacían marca personal y la gente les iba a buscar. Esto ha ido evolucionando, ahora ser un gran profesional, saber mucho de Derecho, es condición necesaria pero no suficiente. Tienes que preocuparte en acercarte a los clientes.

Los clientes ya no van a ningún sitio, tienes que ir tú. Entonces siempre que me dicen ‘yo es que soy abogado, no comercial’, siempre digo lo mismo: no se trata de ser comercial, sino de hacer negocio. Si no tienes esa capacidad, sí, vas a ser un profesional pero menos que otro que sabe atraer clientes mediante confianza y seguridad. Nosotros nos preocupamos de entrenar esas habilidades desde el inicio.

Ahora con la ‘amenaza’ que viene en los próximos años, es decir, la Inteligencia Artificial, que por el momento es solo información, no conocimiento, es importante aplicar las habilidades humanas que por ahora no cubre, como la empatía. No queremos dar a nuestros clientes solo información, sino también el conocimiento de cómo aplicar eso al sector y a la propia persona y ayudarles en la toma de decisiones.

Hablando de IA, ¿cómo se gestiona este tema desde la abogacía?

Nosotros en la pandemia intentamos resolver las preguntas más frecuentes sobre determinados asuntos que surgían a raíz de la situación, y ahí utilizábamos IA. Es algo que va a tener cada vez más fuerza y no se debe ver como un rival, sino como una herramienta de ayuda.

Es una tecnología imparable, igual que cuando entraron las máquinas con la revolución industrial, que sustituyeron el trabajo de menor valor de los humanos. La IA complementará el esfuerzo de documentación, asesoramiento, búsqueda de referencias de cualquier abogado. Además dará una perspectiva que puede incluso abrirte los ojos.

Nos están preguntando mucho sobre la ley de la IA. Europa quiere ser pionera en esto, pero la modificación de la tecnología va más rápido que la propia ley y cuando se ponen todos de acuerdo las aplicaciones ya han cambiado. Hace tres meses lo que hoy es no era. Tiene una evolución muy rápida y regular, por lo que está siendo difícil.

Pero estamos acostumbrados: regularlo todo es imposible, siempre van a haber cosas que se salgan; se trata de hacer una interpretación de la norma pero no tener todos los supuestos reflejados lo hace imposible.

Ahora, con la llegada de la IA, es importante aplicar las habilidades humanas que por ahora no cubre, como la empatía

¿En qué punto se encuentra la legislación en terreno de innovación?

Innovamos hacia dentro cambiando el modelo, haciendo un cambio de paradigma. Tenemos claro que si tú eres una empresa de servicio tienes que conseguir que te elijan, y esto es pasar del modelo anterior que era vender lo que produces a producir lo que te compran.

Pasamos de ‘esto es lo que hago yo, te lo explico y me lo compras’ a ‘¿qué es lo que necesitas? Lo fabrico y te lo vendo’. Nosotros estamos en esa segunda.

Normalmente los despachos están ordenados por áreas de competencia: laboral, fiscal, mercantil, público, litigación… Pero una empresa quizás necesita el servicio de varios y para evitarle que tenga que hablar con catorce, nosotros organizamos, en vez de por áreas, por sectores. Tenemos equipos multidisciplinares.

Y hacia fuera tienes que tener una presencia permanente en todos los sitios donde se demandan servicios jurídicos. Hay que estar y hacer que te elijan. Todo eso es innovar en un sector apolillado.

¿Cómo percibes el panorama de la sostenibilidad?

Europa, Occidente, está ante un problema muy grave. Hemos hecho un parque temático sobre derechos, regulación muy detallada de todo, pero a nuestro alrededor hay un mundo globalizado que no cumple esas normas.

La sostenibilidad tiene tres patas: el crecimiento económico, el respeto y cuidado del medio ambiente, y el bienestar social. Hay que cumplir las tres. Hay que ser creativo y plantear cosas que hagan que los negocios, las industrias, sean viables económicamente, respeten el entorno y creen bienestar para las personas que viven ahí.

En Europa hay muchas normas, y ahí tenemos un problema porque no deberían tratar de convertir esto en un sitio ‘guay’ si la gente no puede vivir en él. Hay que seguir indagando en ello para no hacerlo tan exigente como para que sean inviables los negocios.

¿Qué perspectiva tenéis sobre el talento desde Ontier?

Hace tiempo que venimos percibiendo el problema que tenemos con el tamaño de las empresas y eso es algo en lo que tenemos que intervenir.

Tenemos un montón de grandes empresas con excelentes crecimientos orgánicos, con potencia de marca, presencia nacional e internacional muy buena… Pero existe un problema de población y de tamaño de empresa. ¿Cómo se puede solucionar? Si quieres fijar población tienes que tener una oferta para ellos, para que se queden. No es que no vengan, es que los que están se van. ¿Por qué ocurre esto? Porque no tienen una oportunidad para volver.

Aquí es donde tenemos que hacer hincapié. Asturias tiene mucho encanto, además del verde, están las playas, la comida… Todo esto es fantástico, pero uno no vive de vacaciones a diario. Hay que poner en valor la Universidad tan buena que hay, las grandes empresas, pero nos faltan escuelas de negocio. Mucha gente que sale de Asturias se va a hacer un máster o un executive a escuelas de negocio fuera de Asturias; se van a Madrid o Estados Unidos. Un porcentaje elevado de la gente que se va a hacer esas formaciones posgrado, no vuelven, porque es muy probable que si te vas a hacer una especialización, te fichen allí.

Hay una concentración de talento en determinados sitios contra la pérdida de ese talento en los de origen. ¿Y si invertimos en retener ese talento aquí dándoles la posibilidad, no solo de terminar su formación, sino también de que luego tengan proyectos empresariales y laborales que les retengan. Y eso se hace con tamaño. No puedes invertir en talento si eres pequeño porque se te va ya que no puedes pagarlo.

¿A qué retos os enfrentáis en los próximos años?

Uno de los grandes retos, para nosotros, es seguir siendo capaces de atraer a los mejores, y de momento lo estamos consiguiendo. Es un orgullo que los mejores expedientes, la gente más brillante del sector legal quiera venir con nosotros, nos elijan. La derivada de todo esto es el crecimiento que ha tenido el despacho en los últimos años.

Hemos crecido en dos años un 50% en facturación. Eso es una barbaridad en un sector tan maduro como este, en un sitio donde llevamos 25 años. Es algo absolutamente diferenciador, y la perspectiva para este año es seguir en esa tasa de crecimiento.

Somos un equipo que tiene un talento gigantesco y una potencia de pegada brutal. Estamos en todas partes, y eso solo se hace con ilusión.