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Artículo de Opinión | «Asturias, mi tierra y su futuro», por Manuel Villa-Cellino

El sentimiento profundo de gratitud y cariño que comparto con la mayoría de quienes hemos nacido en esta tierra, me ha hecho reflexionar con frecuencia sobre lo mejor que le podríamos aportar a Asturias quienes hemos desarrollado una gratificante vida profesional a cientos de kilómetros del Principado. Muchos hemos mantenido con Asturias unos lazos profundos: emocionales y materiales al mismo tiempo, pues venimos con frecuencia y consideramos la región de nacimiento como ese idealizado hogar, muy querido y necesario en todas las generaciones. La vida en una ciudad físicamente lejana, pero muy bien comunicada, permite continuos regresos a los lugares más queridos del oriente o del occidente de Asturias y a la ciudad de Oviedo, que me vio nacer, lo cual permite observar la situación económica actual con una perspectiva distinta y espero que enriquecedora. Se puede afirmar que Asturias, como todas las regiones periféricas, se encuentra en un momento de transformación y de búsqueda del mejor camino para el crecimiento de su economía y el bienestar de sus habitantes. La buena conservación del medio ambiente, la actuación sostenible en infraestructuras y servicios básicos o el orgullo por sus hermosos paisajes y su excelente gastronomía son una realidad incontestable. Solo falta mejorar en lo que se llamaría “lo económico”, para conseguir más y mejores empleos para nuestros jóvenes, mejores oportunidades de trabajo a los mayores y rechazar la sensación de estar quedándonos atrás respecto a otras comunidades o regiones. La sociedad asturiana necesita demostrar su gran capacidad de adaptación a los retos del presente y para conseguirlo tendrá que hacer valer la importancia del esfuerzo intelectual, la iniciativa empresarial y la capacidad de competir en un mundo internacionalizado, sin olvidar la necesidad de apoyar siempre al tejido empresarial asturiano. Ante los desafíos globales, el tejido empresarial asturiano ha sabido esforzarse y reinventarse, apostando por la innovación, la internacionalización, la digitalización y la necesaria sostenibilidad. Para continuar en esta línea, las pequeñas y medianas empresas, que constituyen el núcleo de nuestra economía, necesitan el apoyo de una mentalidad social que las favorezca.

“La buena conservación del medio ambiente, la actuación sostenible en infraestructuras y servicios básicos o el orgullo por sus hermosos paisajes y su excelente gastronomía son una realidad incontestable”

Solo así podrán demostrar que su fortaleza, su rentabilidad y su dinamismo son la clave del desarrollo económico de la región y del bienestar de sus habitantes. No es casual que las previsiones de crecimiento para la economía asturiana no sean muy alentadoras. Esto es debido a que carecemos del impulso social que alimenta el éxito de tantos asturianos emprendedores en otras latitudes. Es por ello por lo que resulta necesario contar con más empresas importantes con presencia global, lo que generaría un aumento notable de empleos de calidad y una mayor recaudación fiscal, lo que reduciría de forma significativa la penalización impositiva que ahora sufren las familias. No debemos olvidar que Asturias sigue siendo un ejemplo de cohesión y solidaridad en el ámbito social, lo que sin duda facilitará la gestión de los inevitables conflictos que generará el necesario cambio de la mentalidad social. Dicho cambio nos permitirá avanzar hacia la competitividad, el emprendimiento, el esfuerzo individual y la reducción de la presión fiscal general que anhelamos.

Manuel Villa-Cellino

Socio Colaborador y Asociado Corporativo de CAXXI

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