Carlos Ranera, vicepresidente y secretario de CAXXI, reflexiona sobre la necesidad de modernizar las organizaciones enfocándose en la colaboración y en la aportación de valor de las nuevas generaciones.
En este sentido, ratificamos la importancia de roles y compensaciones basados en esta aportación de valor que, desde Compromiso Asturias, reflejamos en nuestro programa de Mentoring para jóvenes asturianos.
Necesitamos construir organizaciones modernas, con roles y compensaciones basados en la aportación de valor, donde todos colaboren y donde cada uno sepa lo que se espera de él dependiendo de su importancia en el proyecto
Sigamos centrándonos en hablar de la inteligencia artificial, de sus riesgos y ventajas, de los puestos de trabajo que desaparecerán y de los nuevos que se crearán y del nuevo escenario que surge para cientos de profesiones. Sigamos centrando la atención en eso y sigamos sin prestar atención a la ausencia de inteligencia humana. A lo mejor es bueno que por fin nos domine la inteligencia artificial para que haya algo inteligente mandando en el planeta.
La inteligencia artificial será fantástica o un peligro dependiendo de que los humanos seamos capaces de regular y de poner límites a nuestra propia capacidad de crear y destruir. ¿Se acuerdan de la oveja Dolly y del peligro de la clonación de humanos? Pues eso, que poco debe preocuparnos la inteligencia artificial y mucho la humana. Tenemos ya una larga trayectoria demostrando nuestra capacidad de poner en riesgo nuestra propia existencia. Somos capaces de provocar nuestra propia extinción, poco a poco o rápidamente. Nos da igual convertir nuestro planeta en un estercolero o construir un arsenal nuclear capaz de extinguir la raza humana unas cuantas veces. Así (de idiotas) somos los humanos. Habitualmente hablo de empresa y de dirección, así que yo a lo mío. Este mismo escenario que hay en el mundo; nadie al volante, lo tenemos instalado en un buen número de empresas. Se están incorporando desde hace años jóvenes con una excelente formación, muy evolucionados respecto a generaciones anteriores, pero las empresas no avanzan o lo hacen poco. Seguimos con estructuras jerarquizadas, modelos de trabajo no colaborativos, ausencia de canales de información y relaciones internas de empleados y jefes. Todo esto viene estupendamente aderezado con dosis elevadas de arrogancia, falta de generosidad y competencia. Seguimos pensando que la experiencia nos aporta mucha información, y es cierto, pero la información son datos, no conocimiento. El conocimiento viene de la interpretación inteligente de los datos. No por ser mayor eres sabio.
Es absolutamente estúpido mantener organizaciones jerarquizadas cuando sabemos que los modelos implantados en las empresas hoy para seleccionar talento hubiesen impedido, en muchos casos, que nosotros mismos los hubiésemos superado. Pues bien, traemos a gente brillante y los integramos en una organización jerarquizada y vertical donde desechamos sus propuestas y las habilidades que contratamos para convertirlas en gente que debe obedecer a personas con más experiencia, pero en muchos casos, con menos brillantez. Las organizaciones con jefes y tropa van a desaparecer por otras más colaborativas y saludables. No hablo de saludable por preocuparse de la salud física y psíquica de las personas. Hablo de empresas que ponen en el centro a las personas e implantan modelos de trabajo que sacan lo mejor de cada uno. Para eso es para lo que debe servir la experiencia de los mayores y nunca para replicar modelos que no han evolucionado en dos siglos.
Hoy no podemos ofrecer planes de carrera (puestos y salarios) basados en un ascenso pautado en plazos de tiempo asociados a la ganancia de experiencia y retorno a la empresa. Es muy probable que con este modelo a los mejores los pierdas. Necesitamos construir organizaciones modernas, con roles y compensaciones basados en la aportación de valor, donde todos colaboren y donde cada uno sepa lo que se espera de él y cuál será su carrera dependiendo de su importancia en el proyecto.
Yo me crié con aquello de cuando seas padre comerás huevo, y lo asumí. Hoy la gente quiere comer huevo antes de ser padre y no podemos pensar que los equivocados son ellos. A nosotros también nos hubiera gustado. Hemos preparado a esta generación para volar y, cuando llegan buscando el avión, les enseñamos un SEAT 600 y nos molesta que protesten. No podemos tener compañías con excelentes productos dirigidas por momias. Miren las empresas que triunfan en el mundo. Vean las de más capitalización y miren su antigüedad (Apple, Nvidia, Microsoft, Amazon y Alphabet). ¿Creen que en esas empresas contratan a los mejores o a los peores? Cuando están dentro, ¿creen que les programan una carrera basada en plazos o en rendimiento y aportación al equipo? ¿Piensan que en ellas uno piensa y los demás obedecen o que hay miles de personas pensando?