Tiempos de cambio tras las elecciones en Reino Unido

El próximo día 4 de julio el Reino Unido elegirá a su nuevo primer ministro, el equivalente a nuestro presidente del gobierno. La gran mayoría de las encuestas, e incluso algunos ministros del gobierno actual, asumen que no será el partico conservador, en el poder durante los últimos 14 años, quien gane estas elecciones.

En el Reino Unido solo hay dos partidos mayoritarios con opciones de ganar las elecciones: los laboristas (Labour) y los conservadores (Conservative). El Partido Liberal, tras su paso por el gobierno de coalición con los conservadores del 2010 al 2014, sufrió una verdadera debacle electoral de la que aun no se ha recuperado (pasaron de 57 a 8 escaños). Un nuevo partido de ultraderecha liderado por Nigel Farage, uno de los grandes impulsores del Brexit, parece estar ganando adeptos con su retórica divisiva y populista. Es la octava vez que Nigel Farage intenta conseguir un escaño en el parlamento británico.

En todo el país se siente la necesidad de cambio. De acuerdo con un reciente articulo del Financial Times, una quinta parte de la población británica vive en la pobreza. El sistema de salud (NHS) está desbordado por las necesidades de una población de cada vez más edad, obesa y con más problemas de salud mental. Los colegios públicos se desmoronan literalmente por falta de mantenimiento y los profesores hacen huelga para protestar contra los bajos salarios y la alta carga de trabajo. Los trabajadores ferroviarios llevan años en huelga, lo que hace nunca se pueda confiar en los trenes. Los ayuntamientos no tienen dinero para mantener gran parte de los servicios locales (bibliotecas, centros para jóvenes y mayores) ni para mantener las carretas o limpiar las calles. El país sufre también una gran crisis debida a la escasez de vivienda. En comparación con otros países europeos, las viviendas británicas son más pequeñas y mucho más antiguas además de más caras.

La única cifra positiva en el articulo del FT hace referencia al desempleo, que es del 4,4%, pero dado que los salarios no han subido al mismo ritmo que el coste de la vida, la tendencia a largo plazo es la de una población empleada pero pobre.

No es sorprendente que, de acuerdo con el periódico The Guardian, un 79% de los británicos no están satisfechos con el gobierno del país. Además de todos los problemas ya enumerados, la falta de estabilidad política contribuye a crear una falta de confianza. Entre julio y octubre de 2022, el país tuvo tres primeros ministros: Boris Johnson se vio forzado a dimitir por haber mentido al parlamento. Le sustituyó Liz Truss, quien alcanzó el dudoso honor de tener el mandato más corto en la historia del país (45 días). Fue sustituida por Rishi Sunak que, con una fortuna personal de unos 850 millones de dólares, es el primer ministro más rico en la historia del Reino Unido y a quien, inevitablemente, le cuesta conectar con el ciudadano de a pie.

No es sorprendente que los británicos estén perdiendo la confianza en sus políticos y en el sistema. Tampoco esto es algo que solo esté ocurriendo en ese país; hay numerosos ejemplos de líderes políticos que no dudan en mentir y desacreditar la ley cuando ésta no les beneficia. Por primera vez en su historia, EE. UU. tiene un candidato a la presidencia con antecedentes penales.

Ante este triste panorama, es fácil desanimarse y pensar que, a nivel individual, no podemos hacer nada. Cada uno de nosotros es responsable de defender la verdad y el sistema democrático ante quienes pretenden fomentar el caos por aquello de “a rio revuelto, ganancia de pescadores”. ¿Qué podemos hacer? Dejar de difundir en redes titulares llamativos, pero de dudosa credibilidad, cuestionar el origen de las noticias para decidir si son de fiar o no, vivir con honestidad y exigírsela también a nuestros políticos.

Foto via AP de esta web With UK PM under pressure, is Labour on track for a landslide election win? | Elections News | Al Jazeera

Elena Liquete

Senior Consultant en CarringtonCrisp

Socia Colaboradora y Mentora CAXXI

La Nueva España